Kassandra García, Andrés Huarquilla
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Serenata guayaca a cargo de la soprano Astrid Achi y el coro “Guayaquil más Ciudad”, en homenaje a la Perla del Pacífico
La directora Astrid Achi, junto al coro "Guayaquil más ciudad", prescriben la historia de Guayaquil a través de su música.
Un jueves por la tarde, el horizonte se mostraba teñido con los colores del ocaso, se empezaban a encender los alumbrados públicos y se pernoctaba una noche fría, mientras caía una cascada de luces multicolores que destacaba el celeste, en honor a los 484 años de Fundación a la Urbe Porteña. Con una sonrisa ligera, denotaba seguridad Astrid Achi, quien estaba a cargo de la serenata guayaca.
A su alrededor varios colaboradores del evento, se quedaban fascinados por la sutil voz de la cantautora. Juan Orozco, asistente del evento musical, mencionaba que aquellas melodías trasladan al público a épocas pasadas.
Su incomparable voz, difícil de categorizar, llena de ligereza adornaba sus canciones en escalas rápidas, acompañada por su coro “Guayaquil más ciudad”. Mientras acomodaban sus instrumentos y cuadraban los últimos detalles para el evento, la emoción era vidente al recorrer el Parque Seminario, ubicado en calles Clemente Ballén y 10 de Agosto.
Las personas presionaban y se conglomeraba a los alrededores del lugar. Desde que empezó anunciarse la presentación, quienes recordaban sus canciones se preguntaban si sería capaz de revivir una noche de historia a través de su canto. “Sus canciones reflejan la pasión y el orgullo a Guayaquil”, agregó, Carlos Quintero, morador del sector.
Los músicos estaban listos, con sus trajes negros; colocaban las partituras y afinaban los instrumentos. Así mismo, quienes serían las voces suaves del coro, vestían largas faldas con un pañuelo celeste que envolvían sus caderas. A lo lejos se observaba el movimiento rítmico que producían con las maracas, simulando una pieza musical; eso significaba que era el momento de la presentación.
La puesta en escena abrió con la tradicional melodía “Guayaquil de mis amores”. Los sutiles movimiento de sus brazos y manos, direccionaban al compás de la música , que sumado a su voz le otorgaba ritmo y una prolijidad a los coristas. “Significa un orgullo y un privilegio cantar a mi ciudad, que a través de la música y de los grandes compositores, tanto ecuatorianos y latinoamericanos, manifestamos nuestro amor a esta gran ciudad, por ello es grato honrar las fiestas julianas”, expresó la artista guayaquileña.
El evento continuaba entre gritos y murmullos por parte de los asistentes. Astrid se mostraba algo nerviosa y a su vez feliz. Cada año para ella es una emoción diferente, una sensación de plenitud al formar parte de este evento musical, que lo cataloga como especial. Junto a ella y con la misma emoción se encontraban los coristas. “Llevo varios años perteneciendo al coro, es para mi un honor que todos los años por la fundación de mi ciudad brindemos una serenata, y que la Municipalidad siempre nos tome en cuenta” acotó Miriam Vázquez, miembro del coro.
La serenata culminaba a las 19:00 pm, pero el público con sus aplausos motivó al coro a obsequiar la última pieza musical “Noches de Bocagrande”, dando palmas mientras se repasaba la ultima melodía de la noche, los presentes levantaban sus manos al aire y coreaban ¡Viva Guayaquil!.
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