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Por: Rubén Sánchez
Una fecha que será recordada por todos los ecuatorianos es el 12 de marzo del 2020, porque obligó a todos los ciudadanos a cambiar por completo sus modos de vivir, para protegerse y así salvaguardar la vida de sus conocidos y familiares; se restringió por completo en lapso dos meses y medio toda actividad como: eventos sociales, conciertos, partidos de fútbol, galardones, cenas, fiestas o celebraciones cantonales de carácter cívico; todo se canceló debido a que acumulan una cantidad alta de personas del que se podrían ver afectadas y contagiarse del CORONAVIRUS (COVID-19). Entrabamos a cuarentena y nuestra vida dio un vuelco total.
Esta enfermedad se dio a conocer en el continente asiático, proveniente de China, en la ciudad de Wuhan, donde según los registros, la paciente cero fue una mujer de 57 años de nombre Wei Guixian, una vendedora de camarones vivos. Según datos que filtraron en los medios, ella pensó que tenía una gripe estacional, por ello fue a una clínica pequeña y abarrotada de gente para buscar consejo médico, pero las inyecciones que le dieron no curaron su enfermedad.
Otra de las teorías difundidas a nivel mundial, fue que el virus se produjo tras el consumo de sopa de murciélago tradicional de esta ciudad, por su carne afrodisiaca. Este animal le extraía la sangre al pangolín del género Manís. Así fue como la enfermedad en esta especie se fue transmitiendo hasta evolucionar a niveles catastróficos de una pandemia. Los síntomas en el mundo eran los mismos directa en las vías respiratorias, fiebre, mareos, cansancio, perdida del olfato, gusto, erupciones cutáneas o perdida del color en las puntas de los dedos, entre otros.
Pero del horror de sus consecuencias, la humanidad pasó a la prevención. En Ecuador, la bandera de batalla se centraba en el aseo, desinfección y protección: mascarillas, guantes, alcohol comenzaban a formar parte de nuestros insumos diarios. En casa de los Sánchez, cantón Durán, para abastecerse de insumos cada semana, optaron por seguir las indicaciones de protección, determinando un solo juego de vestimenta por salida como calentador, medias, chompa con capucha y un par de zapatos; para las salidas a la calle mantuvieron la distancia pertinente para no entrar en contacto con las demás personas, debido a que no todos seguían estos métodos de seguridad.
Al adquirir los productos se los desinfectaba lavándolos de forma individual sean verduras o frutas, a las carnes los limpiaron con sal y vinagre para eliminar las impurezas. Al ingresar al hogar se desvestían en el patio para dejar tendida la ropa y los zapatos con la suela para arriba para que el sol desinfecte las prendas, así mismo se hicieron limpieza en toda la casa, para prevenirse del ingreso de bacterias o del Coronavirus. El compromiso era de todos, desde quien tiene 72 años hasta el menor de dos años y medio. Así se toman nuevas medidas de seguridad colectiva, la esterilización de cada articulo o producto que llegue a nuestras manos, de esta manera protegerse del contagio.
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