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Los 5 sonidos clásicos del Guayaquil de hoy

Foto del escritor: NTE ExpressNTE Express

Belén Ureta, Sara Auz, Erika Erreyes


El claxon de los autos, las turbinas de los aviones, las sirenas de auxilio inmediato, el “voceo” de los comerciantes y el trinar de las aves son parte de la rutina diaria de Guayaquil.



Más de 1.000 millones de personas en el mundo corren el riesgo de perder la audición. El motivo: la exposición diaria a niveles sonoros que sobrepasan el límite en las grandes ciudades. El grupo más expuesto pertenece a los jóvenes de 12 a 35 años, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).


La OMS determina un máximo de 60 decibeles (la unidad de sonido) durante el día, y no más de 40 durante la noche. Sin embargo en Guayaquil, el nivel bordea los 80 decibeles, informa la Fundación Médica contra Ruidos, Ambiente Contaminante, Drogas y Tabaquismo, Fumcoradt.


Pero, ¿cuáles son los ruidos que más se perciben en la ciudad? El ruido que produce el claxon de los vehículos, las turbinas de los aviones, las sirenas de las ambulancias , el voceo comercial y el trinar de las aves son los principales que perfilan a la urbe Porteña. A continuación una breve radiografía de los sonidos del Guayaquil de hoy.


· El claxon


Según la Autoridad de Tránsito Municipal ATM, por las calles de la ciudad circulan alrededor 600.000 vehículos a diario, de los cuales 300.000 fueron matriculados en esta ciudad durante el 2018; mientras que en el primer quimestre del 2019, fueron registrados más de 128 mil.


Del total de vehículos matriculados en Guayaquil, el 42% pertenece a los automóviles 20%, furgonetas e igual porcentaje a motocicletas; 13% a camionetas y el 5% restante, corresponde a otra clase de automotores.


Ese es un dato que refleja algunos aspectos socioeconómicos como que 3 de cada 10 habitantes tienen carro en la ciudad o que el nivel de smog equivale a 36.8 toneladas de dióxido de carbono que se produce anualmente.


Al transitar por la avenida 9 de Octubre se puede escuchar el sonido que produce el claxon de los vehículos que circulan por el lugar. Es una zona donde el nivel de decibel auditivo está en 80. Aunque suele ser un ruido un poco molesto, a las personas que transitan por el lugar no les produce ninguna molestia. “Somos bulliciosos por lo mismo ya estamos acostumbrados al ruido”, confiesa Alexandra Mora de 29 años, quien caminaba por la rúa.


En lo que va del año, la ATM emitió 7.000 multas por uso excesivo del claxon. La sanción equivale al 5% del Salario Básico Unificado.


Para el ingeniero Ambiental, Alan Zambrano graduado de la Universidad Técnica Particular de Loja, los seres humanos podemos soportar hasta 60 decibeles, pasado los 60 se puede decir que existe una contaminación auditiva. Si sobrepasa los 120 decibeles existiría un daño psicológico o fisiológico.


En el caso del daño fisiológico se podría perder la audición y en el psicológico, estudios han determinado que las personas que viven sometidos a mucho ruido son aquellas que más frecuentan en los hospitales; por la causa de estrés, a su vez esto puede causar enfermedades cardiovasculares y ritmas cardíacas.


· El voceo comercial


No cuentan con un horario de oficina y trabajan de lunes a domingo de sol a sol. Se los puede encontrar en todas partes, sus actividades productivas no están registradas. Sin embargo, los comerciantes forman parte del voceo comercial que se vive a diario en la ciudad.


Mediante un informe realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) se demostró que durante marzo del 2018 y marzo del presente año la tasa de empleo adecuado cayó 3,2 puntos porcentuales, pasando del 41,1% al 37,9%.


La situación actual laboral del total de personas con empleo formal, es del 45,7% y el 46,7% en el sector informal, según el INEC esto significa que en el último año, 261 767 personas perdieron un trabajo adecuado.


La informalidad es mayor en jóvenes entre 15 a 24 años de edad y personas mayores de 65 años. Los hombres con un (63%) y las mujeres con el (58%).


· El despegar de los aviones


Otro sonido que se puede percibir en la urbe, es el que generan las turbinas de los aviones al aterrizar.


Por el aeropuerto José Joaquín de Olmedo de Guayaquil se movilizan cerca de 4 millones de pasajeros al año, entre vuelos nacionales e internacionales. Según datos de Tagsa, con trece rutas directas, el aeropuerto registra una tendencia al alza en el movimiento de pasajeros. En lo que va del 2019 se han movilizo 967.203 pasajeros hacia destinos nacionales y extranjeros, es decir, 81.340 más que en el mismo lapso del 2018. Esto representa un crecimiento del 9,18%.


Los motores de los aviones son uno de los ruidos más fuertes este llega a 120 decibeles, por eso las personas que trabajan en el área de despegue de avión, usan orejeras. Para Alan Zambrano, los seres humanos tienen tanta tolerancia a la contaminación auditiva que al momento de pasar un avión ni siquiera se tapan los oídos.


· Las ambulancias


Un incremento en la cantidad de despachos de ambulancias se evidencia durante el 2019, ya que el Cuerpo de Bomberos de Guayaquil aumentó su parque automotor en lo que corresponde a la atención prehospitalaria, contribuyendo con una mayor cantidad de unidades, informa Lorena Intriago, directora zonal de Comunicación Social del ECU 911.


El despacho de las ambulancias de enero a mayo en 2018 fue de 28, mientras que en el mismo período de 2019, la cifra alcanzó las 40. Los vehículos han sido utilizados para atender a los ciudadanos, quienes han resultado heridos por siniestros de tránsito, quemaduras (incendios), problemas médicos (infartos, pérdidas de conciencia, etc.) y arma blanca o de fuego.


· El trinar de las aves


El licenciado en Turismo, Jaime Arellano Merino, manifestó que en Guayaquil habitan alrededor de 150 especies de aves. Los gallinazos, gavilanes, lechuzas de campanario, loros y periquitos del pacifico forman parte de la lista, que la integran también el guacamayo y la lora de Guayaquil, aves en peligro de extinción.


Algunas especies se encuentran en el Malecón 2000. Por su ubicación y cercanía al río representa el ambiente propicio para estas especies, explica Ángel Bayona, observador de aves tras resaltar que no solo hay en el malecón, sino en todo lugar que posea zonas verdes, como la isla Santay, Parque Samanes, Malecón del Salado, y, en su mayoría, en las reservas ecológicas. Para él, es muy importante mantener estas zonas verdes dentro de la ciudad, debido a que contribuye a la extensión de ciertas especies.


Sin embargo, en la ciudad existe un déficit de áreas verdes debido a la creación de espacios urbanizados, enfatiza el biólogo Andrés Moran Cedeño, administrador del área protegida y vida silvestre del Ministerio del Ambiente. Para el experto, si esto no se controla a tiempo, los esteros podrían desaparecer y la deforestación ocasionaría la reducción de la población de aves, incluso que migren a otros lugares en busca de mejores condiciones de hábitat. Mencionó que hay dos especies que se encuentran al borde de la extinción, el guacamayo y la lora de Guayaquil, especies emblemáticas de aquí.


Para finalizar, Arellano expuso sobre el conteo navideño de aves que se realiza entre el 14 de diciembre y el 5 de enero en Guayaquil. Cerro Blanco, Puerto Hondo y Parque Lago son los lugares donde se lleva a cabo la actividad considerada como el estudio sistemático de aves silvestres de mayor cobertura geográfica.


A esta actividad se convocan ornitólogos, fotógrafos, y observadores de aves. Los datos recogidos en este censo sirven para evaluar la salud de las poblaciones de aves y para ayudar a la conservación de estas especies, dijo Arellano.


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