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Debido a lo que está pasando alrededor del mundo, me di cuenta que he perdido tiempo de mi vida prestando atención a cosas sin importancia, como estar el mayor tiempo en casa, sin salir con amigos y querer estar mucho tiempo a solas. Ahora entiendo que tenía otras opciones como viajar y compartir con las personas que realmente quiero y me aprecian.
La pandemia del coronavirus me hizo ver lo importante que es la familia y que para ser feliz debo compartir más tiempo de calidad con ellos, porque el amor de familia a uno lo motiva, le da fortaleza y le genera felicidad en momentos de tristeza o vacío por alguna situación del diario vivir. Esta enfermedad que ha causado la muerte y sufrimiento a muchas personas alrededor del mundo, deja claro que uno nunca sabe cuándo va a contagiarse y morir; por lo que valorar cada minuto de nuestra existencia es importante.
Por otro lado me apasiona todo lo que tenga que ver con el estudio de maquillaje, manualidades, pintar y dibujar. Lo supe hace mucho, pero lo descubrí en cuarentena. Además, me sorprendí incursionando en la cocina al “estilo Master Chef “, realizando las recetas que veía en internet o que me mostraba mí abuela. También me mantuve plasmando mis emociones en unas pinturas, para un público selecto que comparte mi sangre y arte.
Tener a la familia cerca de verdad y no solo unas horas en la noche después de una larga jornada en el trabajo y la universidad, me ha inspirado. Este publico selecto y exigente alaba mis postres. ¿Qué tal si abro mi propio restaurante? Este tiempo de pandemia me ayuda a tener nuevas perspectivas en la vida.
La cuarentena me ha dejado lecciones de vida, una de ellas y posiblemente la más importante es valorar más el tener cerca a mi madre y apreciarla, aunque tenga un carácter similar al mío y choquemos la mayoría del tiempo; sé que no podría vivir sin ella porque me ha enseñado mucho y me ha dado excelentes consejos que a pesar de que muchas veces no los siga al pie de la letra, sé que ella siempre velará por mi bienestar personal y profesional.
También he aprendido amarme y valorarme más, antes de que pasara todo esto de la cuarentena no me daba tiempo de cuidar mi salud y tampoco de mi estado físico, en cambio ahora vivo tomado vitaminas, haciendo ejercicio, limpiando a profundidad la casa y haciendo lo que más me gusta, que es ser una mujer ordenada y hogareña. Aparte de todo lo bueno que Dios me ha dado con sus bendiciones, me siento afortunada de tener un hogar al que puedo llegar y ser recibida con amor y agrado por parte de las personas que me consideran y confían en mí.
Como dijo la física Marie Curie: “No hay que temer nada en la vida, solo hay que entenderlo. Ahora es el momento de entender más, para que podamos temer menos “.
Marissa Icaza Alemán
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