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La identidad nacional escaló en los escaparates de la moda

Foto del escritor: NTE ExpressNTE Express


Diego Vasquez, Jesicca Gualli, Dayanna Avilés



Las prendas de vestir confeccionadas y diseñadas en Ecuador ganaron un sitial en los almacenes de Guayaquil. La realidad era distinta 30 años atrás.


La etiqueta tricolor se confunde entre otras norteamericanas, colombianas, italianas, españolas… El ‘Made in Ecuador’ se lee en blusas, pantalones, vestidos y accesorios de entre 22 de 38 locales comerciales de moda que atienden en el City Mall, uno de los centros comerciales del norte de Guayaquil. Que el 72% de los negocios de vestimenta incluya prendas nacionales representa un espacio privilegiado que era limitado hace tres décadas: entre sus principales barreras estaban las de identidad, así como otras de tipo productivo y comercial.


Hasta los ’90 vestir con ropa nacional era sinónimo de escasez de calidad, innovación y diseño; sin embargo, en la actualidad las prendas ecuatorianas son cotizadas en el extranjero por cumplir precisamente esos tres aspectos.


La diseñadora ecuatoriana, Bertha Serrano, menciona que la calidad de la ropa no se mide porque sea nacional o extranjera, sino por el presupuesto que tenga la empresa o el emprendedor y ese concepto, finalmente, ha madurado en el país. “Tenemos la misma calidad a nivel mundial solo que influye mucho el presupuesto, el capital de inversión en maquinarias y demás recursos va de la mano con el precio final”.


Serrano es propietaria de Fulgore, marca guayaquileña que nació con accesorios, pero que evolucionó hasta consolidarse en el mercado textil nacional e internacional. En su portafolio constan blusas, zapatos, y carteras, incluso se añadió la línea novia que consiste en la personificación de los zapatos, con apliques y un grabado en la planta como un recuerdo de ese día. “Cada producto que realiza Fulgore tiene una historia hecha con amor en Ecuador; pues se cuida cada uno de los detalles y acabados, generando una verdadera experiencia en compra”, señala Serrano, quien ya exporta a Chile, México y Colombia.


Otra marca que trascendió las fronteras y países es GM de Gustavo Moscoso, que comenzó llamándose ENVI. En la actualidad es una línea de ropa de caballeros de prestigio. En 2019 durante el mes de febrero el diseñador ecuatoriano fue participe por segunda ocasión en la semana de la moda de New York Fashion Week (NYFW) evento que le ha permitido que sus creaciones sean exhibidas en las pasarelas de la Gran Manzana. Esta tienda se encuentra en el centro comercial Plaza Lagos Town Center, en Samborondòn, incluso posee sucursales en Cuenca.


Quienes emprenden en este mercado tienen claro que debió pasar una época de crisis para encontrar las oportunidades actuales. A inicios del siglo XXI, ya con la dolarización, empezó a crecer un movimiento para impulsar el consumo de productos fabricados dentro del país. En el año 2000 se produjo un incremento en las exportaciones del 8,14% con relación a las de 1999, con lo que se marcó una tendencia en lo posterior, de acuerdo con registros de la Asociación de Industriales Textileros del Ecuador (AITE).


En 2005, entre tanto, surgió la campaña “Primero Ecuador” que, a la fecha, ha reclutado alrededor de 517 empresas entre públicas y privadas. Diez años después, el Gobierno de turno impuso salvaguardias por balanza de pagos a prendas de vestir y calzado importado, para alentar la producción nacional y evitar la fuga de divisas, como una medida temporal.

El economista Iván Pisco, analista del departamento de Dirección de Estudio de la Cámara de Industria de Guayaquil, advierte que en la actualidad es difícil establecer que la industria textil nacional se encuentre en un buen momento. Según cifras del Banco Central del Ecuador (BCE), en el 2018 este sector registró una variación del Producto Interno Bruto (PIB) de apenas el 0,01% con respecto al 2017; sin embargo, en la producción local entre 2008 y 2018, el crecimiento fue de 0,7% por año.


En total, durante el 2018 la industria textil generó USD 958 millones, lo que representó el 6,7% del PIB manufacturero no petrolero del país; y 0,9% del PIB total del Ecuador.

Mientras las cifras revelan un modesto crecimiento, quienes emprendieron en esta área consideran que en Ecuador hubo un avance en la preferencia por el producto nacional.

Humberto Alvarado, administrador de Súper Éxito, del City Mall, menciona cuatro marcas propias de origen nacional: LK, Alexander Julián, Aeroplane y Caramelo, cuyas prendas son creadas en las fábricas de la misma compañía. “Nosotros trabajamos con alrededor de 70 proveedores que están distribuidos en todo el país”, dice Alvarado.


La empresa De Prati posee prendas para niños, jóvenes y adultos que son confeccionadas en el país y otras que son importadas. En su portal web se muestran marcas propias como: Estefano, Isabella, H&O, Amanda, Giancarlo, H&O TRIBU, Expressions, Kiddo, City Sport, incluso existe una sección Deconova para la decoración del hogar. ETAFASHION, por su lado, cuenta con la línea de damas y caballeros que incluye las marcas Navigare, Labelle, TaxiBoys, Taxi Girls, Ejecutivo, Friday Ligths, Zaffina, Vital Sport y Pozzaz.


Esa es una realidad generalizada en Ecuador y que se aprecia de cerca en las perchas de moda en tiendas de Guayaquil. Aquello genera un impacto directo en la economía nacional con alrededor de 158 mil empleos directos en empresas textiles y de confección, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC). De esta forma, se convierte en el segundo sector manufacturero que más mano de obra emplea, después del sector alimentos, bebidas y tabacos.


La Superintendencia de Compañías registra alrededor de 610 empresas que se dedican a la fabricación de productos textiles y prendas de vestir, cuya facturación entre ambas es de USD 815 millones.


Con la llegada de las redes sociales, los negocios de moda ganaron audiencia y dinamizaron sus estrategias de marketing.


Daviana Ayala, estudiante de Relaciones Comerciales y propietaria del Closet de Dave, empezó con su boutique luego de graduarse del colegio. Sus prendas proyectan comodidad y estilo. “Hablo mucho con las chicas que vienen al Closet, tengo una muy buena relación con ellas, yo sé qué les gusta y qué no, en base a ello trato de acoplarlo a sus gustos”. Quienes visitan la tienda online realizan pedidos a domicilio, e incluso acuden a su tienda física ubicada en Kennedy Norte cuyo sitio se distingue de las demás casas, debido al enorme castillo de color rosa que se sitúa allí, que incluso acapara la atención de quienes visitan o recorren esa calle.


El Closet de Dave, Fulgore y GM son solo una muestra de cómo la industria textilera se abrió espacios en el mercado nacional y con una identidad marcada.

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