José Vargas, Morán Cox
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Más de una veintena de estudiantes de diferentes colegios, rindieron homenaje a la ciudad a través del festival de oratoria ‘Guayaquil es mi destino en sus fiestas de Fundación’. La municipalidad de Guayaquil, a través de la empresa pública Municipal de Turismo, promoción cívica y relaciones internacionales, presidida por Gloria Gallardo, organiza el festival de oratoria donde participarán estudiantes de diferentes centros educativos de la ciudad, para conmemorar los 484 años de fundación de Guayaquil. El sol se esconde en la mañana de un miércoles, el reloj marca las 09:00 y un grupo de personas rodea el ágora 2 del malecón Simón Bolívar, donde los sonidos de los autos hacen eco de lo que representa el centro de Guayaquil. Son cinco trompetas, cuatro saxofones y una baja melodía con las notas "Guayaquil de mis amores" que dan apertura al concurso de oratoria, en conmemoración a las fiestas de la urbe porteña.
Las luces de los fashes cubren el escenario y un grito de ¡Viva Guayaquil! se escuchaba con fuerza por las calles Aguirre y Olmedo. "En esta ciudad luchamos por cumplir nuestros sueños", expone Viviana Marsella, que combina su vestimenta con una blusa blanca, medias y zapatos de pigmentación negra. Dos autoridades que conformaban la mesa directiva escuchan el fervor inmerso en las letras dedicadas a la Perla del Pacífico.
Guayaquil nació un 15 de agosto de 1534 y desde ahí su cultura, su gente y sus paisajes hermoso como observar el río guayas desde el malecón Simón Bolívar hasta las alturas del último escalón de las Peñas. Estos detalles representados entre versos, poemas y canciones a Guayaquil por los estudiantes de las diversas instituciones académicas participantes.
Dieciséis gradas se colman para escuchar estos escritos. Expectantes recurren a los aplausos después de cada presentación. En memoria del heroico cacique Guayas y su idolatrada esposa Quil reviven su historia, la pasión de su muerte queda enmarcada luego de que nueve niños interpretaran a los nativos y del poderoso yugo español que se vestía a la edad moderna.
¡Quieren oro! ¡Suéltame! ¡No la toquen! Grita enfrascado de ira Guayas mientras sus muñecas se adormecen amarradas en el acero de las esposas; y Quil es arremetida por los guardias, los dos niños que los representan siguen con su voz el estado puro de sus papeles.
Las grabaciones paran, el público queda de pie, una ovación se adentra en el final del acto del acto cuando la orquesta entona sus trompetas de despedida. El evento culmina, pero en medio del cierre se escucha un tono fuerte ¨Somos una ciudad que ama a su gente y la ama sinceramente”, menciona María Jácome, estudiante del colegio Altamar. Se enmudece el escenario y todo termino ese miércoles 10 de julio con un grito que surge del silencio y se convierte en coro ¡Viva Guayaquil!.
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